¿Cómo elegir la mejor almohada para niños?
La frase “dormir como un bebé” a veces no se ajusta a la realidad, y si no que se lo
pregunten a muchos papás y mamás. El cólico lactante, los terrores nocturnos… A veces
la solución es dejar pasar, porque todo pasa, aunque primero nos atropelle. Sin embargo
en otras ocasiones, la solución es sencilla: revisar que el equipo de descanso de nuestros
hijos, sea el adecuado.
Y cuando hablamos de equipo de descanso, no nos referimos exclusivamente al colchón.
Para alcanzar un descanso adecuado no solo es preciso elegir un buen colchón infantil,
sino también escoger una almohada infantil recomendada para su edad.
El tamaño de la almohada para niños es el primer punto a considerar antes de comprarla.
En el caso de las almohadas para cuna, es importante que se ajusten al máximo al
tamaño de la cuna, por lo que no tienen por qué ser demasiado grandes. Hay que tener
presente, que los bebés no deberían usar almohadas hasta los 2 años.
Una almohada infantil siempre es preferible que sea baja. Por otro lado, en almohadas
infantiles pensadas para niños, una altura alrededor de los 10 centímetros sería lo más
conveniente.
Según los expertos en descanso, la firmeza más recomendada en una almohada dirigida
a niños y bebés es preferible que sea intermedia-suave. Recuerda que la almohada ideal,
tanto para los más pequeños cómo los adultos, es aquella que permite que cabeza, cuello
y espalda queden alineados en la misma posición que lo estarían al permanecer de pie.
Que la almohada sea transpirable es otra de las cualidades imprescindibles. De esta
forma, se evita que el sudor nocturno perturbe el descanso del niño.
Otro aspecto fundamental es que se trate de una almohada hipoalergénica ya que la piel
de un niño pequeño es más sensible y los picores y las reacciones alérgicas pueden
mantenerlo despierto por la noche.
En MiColchón tenemos muy claro que las almohadas que más encajan con las
necesidades de los niños son las almohadas de fibra. Principalmente por su baja firmeza,
y, en segundo lugar, por su adaptabilidad a cualquier postura que el niño acoja, incluso si
duerme boca abajo
Asesor del descanso
