Propósitos de salud para el 2014
Como cada año por estas señaladas fechas toca hacer balance de nuestras experiencias personales para sentirnos satisfechos por las cosas que hicimos y llegaron a buen término, y para coger impulso en vista a ponernos manos a la obra con aquellas que quedaron pendientes o bien pudieron haberse realizado aún mejor. En este sentido es tradicional establecer nuevos objetivos que cumplir en el año entrante, por lo que desde este blog queremos ayudarte en la adopción de algunos propósitos que pueden mejorar considerablemente tu salud y tu calidad de vida.
Puesto que estamos hablando de salud, lo primero que deberíamos hacer es acudir a nuestro centro de salud para que nos practicasen un chequeo médico. A través de éste, y gracias a pruebas diagnósticas como el análisis de sangre, comprobaremos si debemos mejorar sobre algún apartado específico de nuestro organismo y podremos plantearnos propósitos más acordes con la realidad de nuestro cuerpo. Además, deberíamos valorar realizarnos estos controles de salud al menos cada 6 meses. En caso de necesitarlo, nuestro médico y nuestra enfermera nos darán consejos muy útiles para contar con una salud de hierro.
Ya hemos dado el primer paso, así que cojamos el toro por los cuernos y hablemos sobre los dos pilares que van a sostener nuestra salud a corto y largo plazo: la alimentación y la actividad física.
Seguir una dieta sana y equilibrada es de vital importancia para prevenir enfermedades y mantener al organismo al máximo de sus capacidades, sin embargo no todo el mundo sabe gestionar su alimentación, es decir: qué, cómo y cuándo. Prueba a seguir estas indicaciones dentro da la dieta mediterránea:
– Procura hacer 5 comidas diarias. Introduce piezas de fruta en el desayuno de media mañana y en la merienda.
– Limita el pan al desayuno y al almuerzo.
– Evita los refrescos y bebidas ricas en azúcares. Las bebidas isotónicas, los zumos naturales e incluso una copa de vino son buenos sustitutos.
– Reduce en la medida de lo posible el consumo de dulces y bollería, y en caso de introducirlos en tu dieta procura hacerlo en el desayuno.
– Tanto el desayuno como el almuerzo deben contener fuentes de hidratos de carbono que nos aporten energía para afrontar el día. Sin embargo, intenta que la cena sea rica en proteínas a través de pescado, carnes blancas o ensaladas –sin salsa, por supuesto-.
– Asegúrate de beber de 2 a 3 litros de agua a diario, preferiblemente justo antes y entre comidas.
En un principio no es necesario hacer dieta específica, sino adoptar hábitos alimenticios adecuados. De esta forma podremos mantenernos en un peso adecuado comiendo sin restricciones más allá de nuestra sensación de hambre.
En cuanto al ejercicio físico es importante que se realice de una forma continuada, y qué mejor opción para ser constante que hacer algo que nos guste. Por ello debemos buscar aquellas actividades físicas que nos plazca practicar e intentar llevarlas a cabo al menos 2 días en semana. Pueden ser actividades al aire libre, en gimnasios, clubes deportivos o centros especializados. ¿No sabes qué actividad realizar? No dudes en probar nuevas experiencias, puedes sorprenderte gratamente aún si nunca has practicado algún deporte. Puedes iniciarte en actividades clásicas como la natación, el yoga o el senderismo para encontrar al atleta que llevas dentro. Y si nada de esto te convence, prueba a subir las escaleras en lugar de tomar el ascensor y, si el tiempo te lo permite, a caminar o montar en bicicleta en lugar de desplazarte en cualquier otro vehículo. Estos pequeños cambios nos irán haciendo sentir mejor con nosotros mismos en menos tiempo del que creemos.
Si padecemos algún dolor o lesión que pueda limitarnos a la hora de realizar una adecuada actividad física, podemos consultar con un fisioterapeuta de confianza. Éste, a través del asesoramiento y prevención, el tratamiento directo del problema de salud y/o la recomendación de programas de ejercicios terapéuticos, nos ayudará a conseguir este propósito de ponernos a tono físicamente. Incluso podemos acudir con cierta frecuencia a la consulta de fisioterapia para prevenir lesiones y aliviar tensiones propias tanto de la actividad física como del estrés cotidiano.
Aunque estos dos conceptos, alimentación y actividad física, son básicos para nuestra salud, hay muchos más hábitos saludables que podemos establecer como propósitos de año nuevo:
– Abandonar el hábito de fumar.
– Reducir el consumo de alcohol.
– Tratar de erradicar el estrés dedicando siempre una parte del día a nuestro ocio particular y/o colectivo. Al igual que con el ejercicio físico, prueba actividades nuevas que te ayuden a desarrollar tu creatividad y den rienda suelta a tu ideas.
– Asegurarnos las horas adecuadas de sueño diario –al menos 8 horas-, introduciendo en la medida de lo posible una pequeña siesta –unos 30 minutos- en las primeras horas de la tarde. También deberíamos valorar el cambio de nuestro viejo colchón y/o almohada si ya no nos garantizan un descanso confortable.
Estos son sólo algunos ejemplos que te proponemos, pero seguramente se te ocurrirán muchos más propósitos originales y divertidos. ¿Te animas a compartirlos?
Recuerda, por la compra de un colchón viscoelástico:
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